En la película Billy Elliot, un niño que ama el baile y ansía ser un bailarín profesional
de ballet, superará la oposición del padre que lo quería boxeador; el
protagonista, con su lucha, nos inspira a ser, pensar diferente y actuar hasta
llegar al objetivo propuesto. Casi todos queremos un mejor Poder Judicial, con
un correcto servicio a los usuarios, abogados y, añado, mejor calidad de vida
de quienes pasamos los días tratando de resolver problemas ajenos. Lo malo es
que el trabajo y sobrecarga procesal vencen y los deseos de cambio, se han
vuelto solamente sueños idos, y todos eternizamos lo que queríamos cambiar.
Ante el mal resultado, diferentes gobiernos, sin
reflexión profunda, dieron pasos hacia atrás y deformaron al proceso civil,
para volverlo escriturario con pinceladas de oralidad, eliminando la audiencia
preliminar mal manejada. En lugar de pensar que no funcionaba y hacer cambios,
potenciando lo bueno; se “avanzó al pasado”. Todos sufrimos los resultados de
dicha deforma: Litigantes envejecidos esperando se resuelvan sus causas (que no
son siempre justas); jueces y servidores estresados por la sobrecarga procesal,
con causas pendientes de resolver y ejecuciones que nunca acaban; abogados que
gozan o padecen del litigio, según sea la ocasión.
Cuando se está mal, hay que poner el pecho y ser
el ejemplo. Los jueces civiles debemos recordar que somos directores del
proceso, no sólo para tramitarlo, sino para gestionarlo modernamente en aras de
una solución adecuada y pronta. Mantenemos la facultad del Art. 51, inciso 3
del CPC, que permite hacer una audiencia preliminar con el concurso de
litigantes y abogados. Si bien se erró en el pasado, no pasa día sin aprenderse
algo nuevo; debemos agregar valor en la gestión del proceso, con técnicas adecuadas
para resolverlos pronto. Nada es claro hasta que se ven mejoras; una adecuada
gestión, permitirá una mejor vida para todos.
Entonces, amigo lector, no pierda el ideal que
de joven abrigó, al elegir ser abogado, ser servidor judicial y/o Juez: Un
mejor sistema de justicia; que todos llevamos un Billy Eliot luchador. Insistamos
en nuestros sueños de jóvenes, con creatividad y firmeza, que para ello sólo
necesitamos actitud, pero con acción. En el caso de la justicia civil ¡que el profesional
que es, no perennice lo que quería cambiar de estudiante!
(*) Publicado en el diario La República el 04.09.2017
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