martes, 19 de junio de 2012

¿Al César lo que es de Pepe?


Los tiempos modernos nos exigen una mayor rapidez para realizar las cosas y tomar decisiones, para ello se desarrollan una serie de adelantos tecnológicos que nos facilitan información y conocimientos que permiten una toma y ejecución oportuna de decisiones.  El mundo actual camina con tanta rapidez y no hay que perderle el paso; sin embargo, debemos tener cuidado en ello, pues muchas veces por el afán de que nuestra voz se escuche, o no quedarnos callados, no revisamos la información necesaria, menos la procesamos, y emitimos juicios de valor, juzgamos o condenamos.

Una prueba de lo anterior está referida a la confusión que tenemos en no distinguir al Poder Judicial de otras instituciones que integran el sistema de justicia (del cual todos somos responsables de que mejore día a día).  Por ejemplo si se escapó un preso se culpa al Poder Judicial, pero el Poder Judicial no tiene que cuidar a los reos, lo que función del INPE.  Si un chofer que atropella sigue libre, también se culpa al Poder Judicial, pero tal vez ese caso aún no está ante un Juzgado y probablemente aún esté en investigación fiscal. Si se impuso una sanción baja, es porque las penas así están establecidas en la Ley, que es dictada por el Congreso. Si un fiscal adelanta opinión no es que se parcializa, es su función acusar, porque el único imparcial debe ser el Juez.  Si el Ministro de Justicia opina o dice algo, lo hace en representación del Poder Ejecutivo, es decir es ajeno al Poder Judicial.  Y puede seguirse con los ejemplos, todos con el mismo mensaje: informarse primero, reflexionar luego y opinar recién …. en ese orden.  Ahora si un juez se equivoca, a poner la cara y asumir lo que corresponda.

Otro prueba, es la reciente autorización judicial para la interceptación de comunicaciones, que el Congreso viene reclamando.  Los jueces, en decisión motivada, para investigar un delito, pueden autorizar la interceptación de comunicaciones, siempre que así lo pida el fiscal correspondiente, cumpliendo los requisitos de ley y motivando debidamente la decisión.  La ciudadanía y políticos condenan al Juez que autorizó tal medida e inclusive la censura alcanza al Presidente del Poder Judicial. Sin tomar posición, reflexionemos; la mayoría que pide la cabeza del Juez que autorizó la interceptación, hace poco tiempo reclamaba el porqué de la destitución del conocido juez español Baltazar Garzón; ¿qué es lo que hizo Garzón?, pues lo mismo que ha hecho nuestro juez, pero con una enorme diferencia: Garzón no motivó su decisión, es decir no dio razones por las cuales autorizaba la interceptación telefónica, para investigar a los abogados de uno de los dirigentes del partido opositor.  Garzón podía autorizar  la interceptación, no cabe duda, lo que no podía es autorizar la interceptación sin fundamentar su decisión. La debida motivación de Resoluciones es una garantía constitucional que los jueces peruanos cumplimos; tal vez nos equivoquemos al motivar, pero no podemos dejar de hacerlo.  Eso no es todo, ¿recuerdan los reclamos hechos hace casi dos meses al proyecto de Ley que establecía que los jueces debían autorizar la publicidad de comunicaciones interceptadas?, yo sí lo recuerdo; en este caso la posición ciudadana fue privilegiar el “chuponeo” bajo el nombre de interés público, es decir que censuramos la interceptación legal y defendemos el chuponeo.  Reitero que no tomo posición, pero siempre es bueno, primero informarse, luego hacer un ejercicio de reflexión y finalmente opinar.

Entonces amigo lector, tal como está escrito en el evangelio de San Marcos (12, 13-17), no vaya cargando culpas a César si estas son de Pepe; que hay que darle al César lo que es del César y no lo que es del Pepe.  Nada le cuesta informarse mejor y reflexionar.  Necesitamos una sociedad que tenga ciudadanos reflexivos, pues es la única manera en que se ejerce adecuado control ciudadano del Poder, lo que a su vez permite un mejor mañana.  Ese futuro es el que debemos legarle a nuestros hijos porque para ello, todos sí estamos convocados.