Viendo las noticias actuales y en un esfuerzo por interpretar lo que
sucede en el día a día, suelo imaginar que si Jesucristo hubiera vivido en la
actual sociedad, hubiera muerto apedreado el día en que al ver el intento de
fundamentalismo y masacre a la Magdalena, hubiera dicho “el que esté libre de
pecado, que tire la primera piedra”. La turba, simplemente hubiera afinado la
puntería y gritado “todos al metiche” y piedra tras piedra, los no libres de
pecado hubieran puesto fin a quien tuvo la osadía de pretenderlos hacerlos
reflexionar y ver su interior antes de juzgar a los otros.

La violencia en contra de la mujer, es algo que no podemos tolerar, así
como tampoco podemos aceptar la violencia contra cualquier ser humano. No sólo
es un problema de género, sino que es un problema de todos. Cuando no se
reflexiona en las causas del problema, suelen darse leyes como la actual que
trata de prevenir y combatir la violencia familiar. Sí, los congresistas creen
que la violencia pasa más por un tema de prontitud judicial, es decir que si el
Poder Judicial actúa rápido, no habrá golpeados en casa, que la violencia
doméstica se acaba en los tribunales. En
esa lógica, todo lío hogareño, en 72 horas debe tener una medida de protección
que solucione la vida, lo que es imposible porque faltan policías para hacer
cumplir las medidas, faltan pruebas que no se pudieron acopiar por lo corto del
plazo, faltan pericias que ayuden a tomar decisiones, entre otras cosas; pero así
se dictan medidas de protección que resuelven poco. ¿Qué generan soluciones
prontas que no pueden cumplirse? Frustración para la víctima y burla para el
agresor; un giro más y la violencia, como la materia, no se crea ni se
destruye, sólo se agudiza.
En la marcha de “Ni Una Menos”, junto a quienes sufren la violencia y
quienes lo hacen por convicción, estuvieron las personas que fomentan la violencia y
que son fieros indignados de lo que ellos crean por un rating, en programas
televisivos, en los que la violentada termina perdonando al golpeador y parte del show es
la violencia; en desgracia ellos seguirán siendo los referentes de la cultura
popular.
¿En qué momento nos convirtieron adictos a lo superficial? Difícil
saberlo, pero si como sociedad no reaccionamos, el futuro tendrá más violencia. ¿Qué hacer?, empezar en casa, asumiendo plena responsabilidad de nuestras
acciones, enseñar a los nuestros que la hipocresía en las relaciones públicas,
no es una virtud, es un defecto, que sólo el que queda bien con todos, lo hace
para esconder su maldad. Ardua labor cuando cada vez la cultura del vivo tiende
a imponerse; pero no veo otro camino para una sociedad mejor.
Entonces amigo lector, si queremos ni una menos, no seamos uno más de
los que sin reflexión alguna gritan contra la violencia y no practican la
igualdad en casa; que a veces su tono callejero, es el que normalmente usa en su
hogar. Todos, sin distinción de género, merecen respeto y no violencia.
(Publicado en la revista de la CSJA Actualidad - Nro. 8, Septiembre 2016).
felicitaciones Dr. Polanco por su apreciacion social, filosofica y juridica, pero la conducta del ser es progresiva, cambiante e incluso debe adaptarse a las circunstancias del medio que convive y nuestro entorno social real, es mayormente negativo, los medios de comunicacion requieren captar y llegar a una poblacion extensa y en esa competencia siempre tomaran la frase de maquiavelo "El fin justifica los medios", amparandose en la libertad de expresion,opinion. esto es un problema universal, que requiere ser minuciosamente analizado y tener soluciones logicas-concretas. coincido con las sugerencias que que menciona.
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