lunes, 27 de julio de 2015

La Corte de Justicia del Bicentenario

Facundo Cabral solía decir que, lo que se perdía de gloria personal, se ganaba de eternidad; es decir, si desea trascender debe procurar que los esfuerzos propios busquen el beneficio colectivo; tal vez no lo recuerden, pero siempre lo tendrán presente. Esta idea va en contrapartida al individualismo actual, resumido en “gracias a mí, esto funciona”, lo que no es verdad. Las grandes instituciones, requieren líderes que guíen equipos de trabajo comprometidos en un buen servicio, con visión alineada hacia un objetivo común. Las individualidades permiten ganar partidos, producen aplausos y palmadas en el hombro, pero son los equipos los que hacen campeones a sus integrantes.
La Corte Superior de Justicia de Arequipa (CSJA), cumple 190 años de su instalación y antes de celebrar el bicentenario de la independencia nacional, tiene como reto llegar al expediente judicial digital para el año 2020; para lograrlo requiere del esfuerzo de todos, jueces, servidores jurisdiccionales y administrativos, comprometidos. Si no tenemos la misma visión, mejor buscar la puerta de salida.
Los adelantos tecnológicos en una institución, deben tener dos objetivos, el primero brindar un mejor servicio al usuario, que en el caso judicial permitirá la disminución de nulidades procesales y sobre todo reducirá el tiempo, pues justicia que tarda, hace sufrir a quien la busca; y para los jueces y servidores jurisdiccionales y administrativos, la posibilidad de trabajar mejor y recuperar la vida familiar y personal. Si no logramos ello, toda modernidad será más carga que beneficio.
En este camino de mejora, somos conscientes que los justiciables, en más de una ocasión han sentido algún maltrato o recibido alguna decisión que consideran injusta y/o tardía. Se trabaja para corregir ello, pese a que hoy nuestra sociedad vive una escalada de violencia y poco respeto a la autoridad y a las razones, lo que se ve reflejado en los expedientes judiciales y en los litigantes. Se está perdiendo la esencia de un proceso: buscar justicia, para convertirlo en un instrumento de venganza. Aplomo y mesura deben ser las insignias de quienes laboramos acá, teniendo cuidado de los lobos disfrazados de corderos, fácilmente identificables pues son aquellos que “jamás se equivocan y si algo les sale mal, culpan a un tercero”.
Hoy, la ciudadanía puede apreciar decisiones en la CSJA que protegen derechos y/o imponen sanciones a quienes las merecen; tal vez no gusten, pero no todos tienen la razón. El cuello y la corbata no hacen a alguien inmune a la justicia, eso debe reconocerse. Falta bastante, pero con la reflexión, trabajo en equipo y adecuado uso de la tecnología, el mañana tendrá los frutos esperados.
Entonces, apreciado compañero judicial, si bien la vida parece más dura que antes, jamás olvide, que las grandes personas no hacen grandes instituciones, sino que las grandes instituciones son obra de personas que trabajan en equipo, debidamente guiadas hacia un futuro común. Una mejor CSJA evidenciará que en su interior hay grandes líderes y personas; por el contrario una peor CSJA, desmerece a sus servidores; elijamos la primera opción, la ciudadanía se lo agradecerá, su familia, también.

(Publicado en La República el 27-07-2015)

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