domingo, 29 de noviembre de 2015

Crónica de una huelga anunciada

A diferencia de lo que sabía toda la población, Santiago Nasar, se enteró que iba a ser asesinado, por los gemelos Vicario, sólo minutos antes del hecho. No pudo hacer nada por salvar su vida, ni aún esconderse en casa; porque, para mayor desgracia, su propia madre, creyendo que su hijo estaba adentro, al ver acercarse a los asesinos, cerró y trancó la puerta evitando todo ingreso. Santiago fue asesinado en la puerta principal de su casa.  Esta novela de García Márquez (Crónica de una muerte anunciada), pese a situarse en hechos de 1951, es una obra atemporal, que destaca, entre otros, el drama de saber que algo pasará y no se actúa para evitarlo.  En el caso judicial, la huelga de ahora, que llevan a cabo los servidores judiciales, todos la sabían, excepto, al parecer, aquellos funcionarios del Gobierno que creen que los oídos sordos son buenos consejeros, sin importar el perjuicio que se ocasiona a la población, en especial a litigantes y abogados.

Cerca de la aprobación de la Ley del presupuesto, suele iniciarse la huelga judicial.  El reclamo de los servidores judiciales es harto conocido: mejores remuneraciones; la respuesta del Gobierno, también: ¡Nones y que pasen a la Ley Servir! Si siempre hacemos lo mismo, tendremos idéntico resultado: Huelgas, horas-hombre perdidas, población afectada y abogados litigantes con bolsillos vacíos.
Ser judicial en el Perú, es un trabajo duro e incomprendido.  Para muchas personas se trata de seres inescrupulosos que dilatan procesos y venden resoluciones a postores; para algunos abogados litigantes, los judiciales, o son sus amigos cuando les sirven prestos, o son déspotas si les tratan como a cualquier otro, o son incompetentes si demoran los procesos. Nada más lejos de la realidad. Los judiciales, son servidores que trabajan en la resolución del conflicto ajeno, con cargas laborales a veces exageradas, expuestos al maltrato de bravucones que levantan la voz como razón, con jornadas que superan las 8 horas diarias, laborando fines de semana; observados al centímetro por la Oficina de Control.  Estos servidores necesitan una ley que regule su trabajo, reconociendo su labor; no es conveniente la ley Servir, porque no se puede medir por igual lo que es diferente; también requieren remuneraciones justas, para que se concentren en trabajar sin tener las angustias de no llenar la canasta familiar. Los litigantes ganarán en sus procesos, cuando los especialistas legales, técnicos, auxiliares y más, sólo les preocupe resolver sus casos y no estén pensando en cómo se parará la olla.
Así como hay buenas y malas personas, hay buenos trabajadores y malos que les gusta driblear el trabajo y respirar sólo cuando es necesario.  A esos malos judiciales que no están al día, no les importa ver cómo se acumulan los escritos o tienen uñas largas, debemos sacarlos del Poder Judicial, por el bien de todos, sobre todo, por quienes se esfuerzan y mantienen honestamente a sus familias.

Entonces amigo lector, no crea que la huelga es obra de vagos pedigüeños; hay servidores judiciales que trabajan duro y reclaman un mejor salario que les permita dedicarse a trabajar sin angustias domésticas, sabiendo que sus hijos tendrán las mismas oportunidades que otros.  Sé que usted también labora duro y espera al llegar a casa, rendido de laborar, dar a su familia lo que corresponde. Usted es un hombre que busca justicia, así como los judiciales buscan una remuneración justa. ¡No cerremos los ojos ante una huelga que pudo evitarse, teniendo oídos abiertos!

4 comentarios:

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  2. Dr. Polanco. Entiendo y comparto su posición parte, pero es debido decir que hacer huelga en noviembre es una tonteria, especialmente si se justifica en el aumento de remuneraciones, pues el presupuesto está "armado" desde finales de Julio. A esas alturas ya se sabe si se ha tenido una respuesta positiva o no.
    Lo que muchos judiciales, mal orientados, no entienden es que su solicitud de incrementos no es un "número rígido" sino que implica un gasto variable y por tanto requiere de un cálculo complejo que mal se puede realizar cuando el margen de cálculo es mínimo, de allí que sólo se les otorgue como logro un bono de entrega única (no periódica) que sirve para palear momentáneamente la situación.
    El problema de la huelga de los judiciales - a nivel mediático - es que han sido vapuleados tanto que los justicibales aprecian con peor ánimo cualquier acción que prolonga sus procesos.
    Comprendo que el nivel de responsabilidad laboral de estos servidores es grande, pero esto no implica que desconozcan un gran principio legal "MI derecho empieza donde termina el tuyo" lo que se manifiesta cuando por sus paralizaciones se perjudican procesos "mal o bien llevados" que han sido dometidos a esperas largas en busca de resolución

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  3. Los derechos más alla de ser normas positivizadas en papel ( al menos este pais) estan investidos de banderolas, silbatos y gritos,es decir reclamados en huelga. La organización suele traer como consecuencia descontento pero he ahi la habilidad del gobierno de hacer entender las medidas que está tomando y el porque las hace. La comunicación no solo es la base de una relación matrimonial sino tambien la de un gobierno carente de paternalismo y un hijo con derechos sin resolver. Es un articulo ad hoc.

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