domingo, 27 de julio de 2014

Sin permitir que interrumpan nuestra educación

Cuando Bernard Shaw ironizó que su educación fue buena hasta que la interrumpió el colegio, estimo que se refería no a las escuelas, sino a los entornos en que éstas se desarrollan, es decir, a la sociedad en su conjunto.  Sabemos que el bajo nivel educativo de un país puede llevarlo a que no supere el subdesarrollo, pero el problema verdadero es creer que la mejora del nivel educativo es responsabilidad de colegios o de padres en casa, obviando que la obligación de mejorar la educación es de todos y fundamentalmente de quienes son autoridades en nuestra nación.

No es raro en estos días que pese a los empeños de padres y maestros, sigamos exhibiendo un pobre nivel de ciudadanos educados, con autoridades que no asumen su papel y culpan a otros de la educación, pese a que ellos mismos con sus conductas y apariciones ante la prensa, son el mal ejemplo que impide mejorar al país. Sí, hay autoridades que cuando declaran tiran por la borda todo empeño educativo de casas y colegios y como el mal ejemplo se imita, los ciudadanos aprenden que para tener éxito no se necesita ni ser educado ni reflexivo.

Citemos como ejemplo el caso de los fallos judiciales.  Si es que se expide alguna resolución que no es agradable a los ojos de determinada autoridad, ésta evidencia su intolerancia e incapacidad de reflexión saliendo ante la prensa; lanza su patochada, que parece un esfuerzo por desplazar al cómico Melcochita, y creyendo ser gracioso, denigra a la sociedad.  En estos días, el actual Jefe del INPE que, enfrentado a una resolución que no le gusta, en lugar de pensarla, señaló que ésta era un adefesio y la lección que dio es que suficiente es insultar y no guardar respeto por otras instituciones o el trabajo ajeno y debatirlo con razones correctas.  Ya no se tiene vergüenza alguna por hacer trizas a la decencia, formas y modales. 

Los jueces que pueden equivocarse, se esfuerzan en guardar respeto por la opinión ajena. Imagine si un juez fuera como estas autoridades y pusiera en blanco y negro lo que piensa sobre lo que dicen autoridades y abogados; no, los jueces se limitan en esgrimir razones que sustentan sus decisiones y por qué desestiman argumentos de las partes. Con aciertos y yerros los jueces se esfuerzan en argumentar y no en denigrar a las partes. Es un ejemplo que debe imitarse.

No es que se añore el retorno de los tiempos en que políticos y funcionarios eran caballeros, como don Fernando Belaúnde o dicharacheros certeros y elegantes como don Luis Bedoya.  No se busca que la caballerosidad sea una norma en la política y los funcionarios públicos, son tiempos pasados. Se necesita que todos reconozcamos nuestra responsabilidad por educar a las generaciones que nos ven y que hagamos del respeto y la reflexión dos normas de convivencia social.

Las autoridades no deben olvidar que el ejemplo es la mejor lección, que cuando están frente a una cámara no son parte de un show de pura diversión, sino que educan; no deben hacer de su cargo un traje del hazmerreir y del festejo en privado con sus asesores que, por desgracia, no tienen la valentía de advertirle que anda desnudo de ideas y razones y del daño que hace su violencia verbal a la sociedad.

Entonces querido lector, no festeje y haga gracia de frases simplonas porque alienta la patanería e irreflexión social. Todos somos responsables de educar a las generaciones que vendrán a reemplazarnos y si queremos juventudes pensantes, prediquemos con el ejemplo de la reflexión.  Como decía Einstein, la educación es lo único que nos queda cuando olvidamos todo lo aprendido; por lo que para intentar legar una mejor educación a nuestros hijos, parafraseando a Mark Twain no permitamos que las autoridades que no educan, tampoco interfirieran con nuestra educación y menos la de nuestros hijos; sólo así el futuro será mejor para todos.

2 comentarios:

  1. EDUCACIÓN: Nuestro pais se encuentra en un estatus realmente bajo, son muchas las causas que provocan aquello, se han dado soluciones como las planteadas por Thatemberg, en su diagnostico de la problemática educativa, y documentales como la "Educación prohibida" de índole argentino aborda con gran atino el meollo del asunto, el tema es extenso y aun hay camino por recorrer, pero basta que pongamos interés en ello, para marcar la diferencia con aquellos no interesados.

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  2. No se si alguien se ha planteado la cuestión de ¿Quién educa al educador? Pues por todos los caminos llego a la única respuesta de que la sociedad y el entorno influye de manera decisiva en la mentalidad y cosmovisión de quienes se dedican a la docencia, que luego impartirán (con el ejemplo y con la palabra) a los ciudadanos en formación. Pero surge otra pregunta, y ¿quién educa a la sociedad? Y aquí la respuesta, desde mi punto de vista, de la educación paupérrima de nuestro país, y es que sencillamente la sociedad es educada no en valores de convivencia sostenible (civilización), sino en base a una amalgama de costumbres y prejuicios totalmente incompatibles y antagónicos con un modelo de sociedad moderna y desarrollada cuyos valores son la tolerancia, la libertad, la dignidad, la democracia y la pluralidad. Jamás hemos tenido la necesidad (como sociedad) de abandonar aquellos prejuicios y costumbres anacrónicos, tratamos de acomodarlos con los valores que sustentan formas de convivencia civilizada, aparentamos practicar esto último pero siempre somos intolerantes, racistas, antidemocráticos e irrespetuosos con la pluralidad. Somos Res-pública constitucionalmente, pero en la práctica no llegamos a tal modelo de organización societaria.

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