Los tiempos modernos nos exigen una mayor rapidez para realizar las
cosas y tomar decisiones, para ello se desarrollan una serie de adelantos
tecnológicos que nos facilitan información y conocimientos que permiten una
toma y ejecución oportuna de decisiones.
El mundo actual camina con tanta rapidez y no hay que perderle el paso;
sin embargo, debemos tener cuidado en ello, pues muchas veces por el afán de
que nuestra voz se escuche, o no quedarnos callados, no revisamos la información
necesaria, menos la procesamos, y emitimos juicios de valor, juzgamos o
condenamos.
Otro prueba, es la reciente autorización judicial para la interceptación
de comunicaciones, que el Congreso viene reclamando. Los jueces, en decisión motivada, para
investigar un delito, pueden autorizar la interceptación de comunicaciones, siempre
que así lo pida el fiscal correspondiente, cumpliendo los requisitos de ley y motivando
debidamente la decisión. La ciudadanía y
políticos condenan al Juez que autorizó tal medida e inclusive la censura
alcanza al Presidente del Poder Judicial. Sin tomar posición, reflexionemos; la
mayoría que pide la cabeza del Juez que autorizó la interceptación, hace poco
tiempo reclamaba el porqué de la destitución del conocido juez español Baltazar
Garzón; ¿qué es lo que hizo Garzón?, pues lo mismo que ha hecho nuestro juez,
pero con una enorme diferencia: Garzón no motivó su decisión, es decir no dio
razones por las cuales autorizaba la interceptación telefónica, para investigar
a los abogados de uno de los dirigentes del partido opositor. Garzón podía autorizar la interceptación, no cabe duda, lo que no
podía es autorizar la interceptación sin fundamentar su decisión. La debida
motivación de Resoluciones es una garantía constitucional que los jueces
peruanos cumplimos; tal vez nos equivoquemos al motivar, pero no podemos dejar
de hacerlo. Eso no es todo, ¿recuerdan
los reclamos hechos hace casi dos meses al proyecto de Ley que establecía que
los jueces debían autorizar la publicidad de comunicaciones interceptadas?, yo
sí lo recuerdo; en este caso la posición ciudadana fue privilegiar el “chuponeo”
bajo el nombre de interés público, es decir que censuramos la interceptación
legal y defendemos el chuponeo. Reitero
que no tomo posición, pero siempre es bueno, primero informarse, luego
hacer un ejercicio de reflexión y finalmente opinar.
Entonces amigo lector, tal como está escrito en el evangelio de San
Marcos (12, 13-17), no vaya cargando culpas a César si estas son de Pepe; que hay
que darle al César lo que es del César y no lo que es del Pepe. Nada le cuesta informarse mejor y
reflexionar. Necesitamos una sociedad
que tenga ciudadanos reflexivos, pues es la única manera en que se ejerce adecuado
control ciudadano del Poder, lo que a su vez permite un mejor mañana. Ese futuro es el que debemos legarle a
nuestros hijos porque para ello, todos sí estamos convocados.