La protesta de los jueces, va más allá de pedir remuneraciones justas.
El reclamo judicial es, además, contra el recorte de presupuesto efectuado por
el Ministerio de Economía y Finanzas, que ha aprobado, como presupuesto, el 45%
de lo requerido por el Poder Judicial para el 2014. En el caso de Arequipa, el
año que viene se tendrá un menor presupuesto que el 2013. En nuestra región, no
funcionarán los 10 órganos jurisdiccionales, creados en el 2012, que aliviarán
la carga procesal y acortarán plazos para resolver; tampoco se construirán las
casas de justicia proyectadas en provincias. No sólo pierden los jueces,
perdemos todos.
Es malo para la sociedad, que el Poder Judicial, no tenga autonomía
económica ya que se depende económicamente del Poder Ejecutivo, a quien debemos
controlar y ello atenta contra la independencia jurisdiccional, lo que tarde o
temprano sufren los ciudadanos. Si el Poder Judicial tuviera su propio
presupuesto, en un rango del 2.5% del presupuesto púbico nacional, como lo
señaló la Constitución de 1979 y no del 1.2% que el Ejecutivo impone, la
impartición de justicia mejoraría.
Las jornadas de Lucha por la Dignidad del Magistrado Peruano, convocadas
por la Asociación Nacional de Magistrados del Perú, acatadas a nivel nacional;
incluyen la exigencia del pago de la remuneración que la Ley fijó para los
magistrados hace más de 20 años y que sentencias del Poder Judicial y Tribunal
Constitucional, han ordenado se cumpla. Para variar, el Ejecutivo no cumple ni sus
Leyes, ni sentencias que lo obligan.
Se cuestiona que los jueces se hayan declarado en huelga. Los jueces no
pueden hacer huelga, aunque no falten ganas, y por ello, a lo largo de la
República, se instalaron Juntas de Jueces y Salas Plenas, en las que se debaten
los problemas que aquejan a la justicia. Lastima a la razón que en este país
para hacerse escuchar no sea suficiente dialogar y exponer razones, sino que
las más de las veces, se exige a ciudadanos y a jueces, protestar.
Se afirma con error, que los jueces tienen una remuneración y rango
privilegiado, lo que no es verdad. Los jueces y fiscales de la República, tenemos
más de 13 años la misma remuneración (incluidos bonos). Nombrados por concursos
públicos y evaluados diariamente por partes y abogados; somos sometidos a un
proceso ratificación cada 7 años, ante un ajeno al Poder Judicial (Consejo de
la Magistratura) que puede terminar con la no renovación de confianza y sin
trabajo. Es una labora a dedicación exclusiva, con limitada excepción de la
docencia. A los magistrados del área penal, se les niega el seguro de vida (mucho
riesgo).
Ahora, si a algún magistrado “la plata le llega sola”, se debe
denunciarlo y sacarlo del cargo: la limpieza de la casa, beneficia a quienes
vivimos en ella. No olvidemos que la corrupción requiere de un abogado inescrupuloso
y/o un litigante sin conciencia limpia.
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