No sé si el gran César Vallejo, en su poema Voy
a hablar de la esperanza, pensó en el Poder Judicial, pero su “hoy sufro solamente” nos transmitió su
desazón y pesar por lo que sucediera, bueno o malo. Sensación idéntica dejan
los escándalos de recientes audios publicados que no solamente demuestran lo mal
que puede estar el sistema judicial (incluido el Poder Judicial); sino que refleja
además, a una sociedad enferma que se jacta de mirar la paja en ojo ajeno, que
grita “afuera todos”, sin saber que allí se incluye a ciudadanos de a pie.
Todos los implicados en los audios publicados,
deben ser sancionados con el rigor máximo de la ley, pero su puesta en
evidencia, no es obra y gracia de un milagro. Se han confirmado sospechas de
corrupción, aunque se diga en voz baja, gracias a la labor judicial y fiscal, que
ante denuncia de terceros, demuestran que aun cuando se tenga corona, uno no se
saldrá ni con la suya ni con la ajena. ¡Palmas a quienes participaron de esta
investigación y a la ciudadanía que está vigilante!
Esta crisis judicial, que incluye al Consejo
Nacional de la Magistratura, refleja lo mal y peor que andamos como sociedad.
Los consejeros de dicha institución, fueron puestos allí, no por jueces, sino
por todos, es decir, la Sociedad Civil, representada por universidades,
colegios profesionales de abogados y no abogados. El Poder Judicial y el
Ministerio Público sólo aportaron dos representantes. Los consejeros cesados fueron
elegidos por una sociedad, en la que es normal votar por un beneficio, un
regalo o por el amigo que pueda hacer algún favorcito. Estamos grandes para
saber que si se vota mal, habrá consecuencias funestas que pagar.
La corrupción, es un problema en el que debemos
dejar la hipocresía para enfrentarla, pues podríamos, sin querer queriendo, ser
cómplices. ¿Por quién piensa votar en las próximas elecciones? ¿Por el capaz o
el que le ofrezca algo y si es un beneficio personal mejor? En este país, no se
vota por el mejor, sino por lo que hay y si la política es tan mala, justamente
los mejores no están allí, ni lo estarán; pues se sabe que el pueblo y, ahora
demostrado, sus profesionales, votan por el que les puede hacer un favor, un
servicio y no por el que sea más capaz o mejor intencionado. En los audios
aparecen también abogados, políticos y empresarios ¿quién levanta la mano y se
jacta de no buscar un padrino o una recomendación para sus gestiones públicas o
privadas?
Necesitamos un cambio, las crisis pueden ser
oportunidades de mejora, se tiene que aprovechar. Modifiquemos nuestra idiosincrasia
de creer que sólo es un tema de abogados corrompidos que se hicieron jueces. El
problema va más allá de las personas, incluye al propio sistema corruptible. Debe
haber una reforma integral y en el caso del Poder Judicial, pasa por sacar a
los pillos, pero además convertirse en una institución democrática, predecible,
sin privilegios innecesarios, empezando por arriba y no sólo por abajo, pues el
Estado es la nave que hace agua, en más, por la cabeza.
Entonces amigo lector, abra los ojos, en tiempos
en los cuales no hay que poner el dedo para que salte la pus, sino que ésta se
desborda, piense que los corruptos para existir requieren de alguien que pague
por el “favor”. Si nos entrampamos en el escándalo, sólo habrá cambio de pillos.
Cambiemos como personas, siendo más responsables y honestos en nuestra vida
personal; olvidemos a quienes nos hacen jaranas por un voto; dejemos de
insistir en la desgracia que estamos convirtiéndonos. Marche y grite contra la
corrupción, es necesario, pero también, cambie su forma de ser, no sea un saca-vueltero
de la ley y un busca-padrinos; porque, para superar esta crisis, hermanos, hay
mucho que hacer (CV).
Publicado en el diario La República el 27.07.2018
Publicado en el diario La República el 27.07.2018