martes, 31 de julio de 2018

Que se vayan todos


No sé si el gran César Vallejo, en su poema Voy a hablar de la esperanza, pensó en el Poder Judicial, pero su “hoy sufro solamente” nos transmitió su desazón y pesar por lo que sucediera, bueno o malo. Sensación idéntica dejan los escándalos de recientes audios publicados que no solamente demuestran lo mal que puede estar el sistema judicial (incluido el Poder Judicial); sino que refleja además, a una sociedad enferma que se jacta de mirar la paja en ojo ajeno, que grita “afuera todos”, sin saber que allí se incluye a ciudadanos de a pie.
Todos los implicados en los audios publicados, deben ser sancionados con el rigor máximo de la ley, pero su puesta en evidencia, no es obra y gracia de un milagro. Se han confirmado sospechas de corrupción, aunque se diga en voz baja, gracias a la labor judicial y fiscal, que ante denuncia de terceros, demuestran que aun cuando se tenga corona, uno no se saldrá ni con la suya ni con la ajena. ¡Palmas a quienes participaron de esta investigación y a la ciudadanía que está vigilante!
Esta crisis judicial, que incluye al Consejo Nacional de la Magistratura, refleja lo mal y peor que andamos como sociedad. Los consejeros de dicha institución, fueron puestos allí, no por jueces, sino por todos, es decir, la Sociedad Civil, representada por universidades, colegios profesionales de abogados y no abogados. El Poder Judicial y el Ministerio Público sólo aportaron dos representantes. Los consejeros cesados fueron elegidos por una sociedad, en la que es normal votar por un beneficio, un regalo o por el amigo que pueda hacer algún favorcito. Estamos grandes para saber que si se vota mal, habrá consecuencias funestas que pagar.
La corrupción, es un problema en el que debemos dejar la hipocresía para enfrentarla, pues podríamos, sin querer queriendo, ser cómplices. ¿Por quién piensa votar en las próximas elecciones? ¿Por el capaz o el que le ofrezca algo y si es un beneficio personal mejor? En este país, no se vota por el mejor, sino por lo que hay y si la política es tan mala, justamente los mejores no están allí, ni lo estarán; pues se sabe que el pueblo y, ahora demostrado, sus profesionales, votan por el que les puede hacer un favor, un servicio y no por el que sea más capaz o mejor intencionado. En los audios aparecen también abogados, políticos y empresarios ¿quién levanta la mano y se jacta de no buscar un padrino o una recomendación para sus gestiones públicas o privadas?
Necesitamos un cambio, las crisis pueden ser oportunidades de mejora, se tiene que aprovechar. Modifiquemos nuestra idiosincrasia de creer que sólo es un tema de abogados corrompidos que se hicieron jueces. El problema va más allá de las personas, incluye al propio sistema corruptible. Debe haber una reforma integral y en el caso del Poder Judicial, pasa por sacar a los pillos, pero además convertirse en una institución democrática, predecible, sin privilegios innecesarios, empezando por arriba y no sólo por abajo, pues el Estado es la nave que hace agua, en más, por la cabeza.
Entonces amigo lector, abra los ojos, en tiempos en los cuales no hay que poner el dedo para que salte la pus, sino que ésta se desborda, piense que los corruptos para existir requieren de alguien que pague por el “favor”. Si nos entrampamos en el escándalo, sólo habrá cambio de pillos. Cambiemos como personas, siendo más responsables y honestos en nuestra vida personal; olvidemos a quienes nos hacen jaranas por un voto; dejemos de insistir en la desgracia que estamos convirtiéndonos. Marche y grite contra la corrupción, es necesario, pero también, cambie su forma de ser, no sea un saca-vueltero de la ley y un busca-padrinos; porque, para superar esta crisis, hermanos, hay mucho que hacer (CV).

Publicado en el diario La República el 27.07.2018