Cuentan que un anciano cruzaba a diario la frontera,
empujando una carreta llena de paja, lo que causaba inquietud a los aduaneros,
quienes revisaban paja y carreta para descubrir qué es lo que se contrabandeaba.
Pese a su pesquisa, jamás descubrieron el contrabando del andante, que no era
otra cosa que las carretas. El cuento grafica, lo que no se ve en las protestas que
realizan jueces y fiscales, en que la opinión pública cuestiona se pida aumento
de sueldos, cuando sólo se busca se cumpla la ley y además, algo que los
jóvenes conocen menos: RESPETO, interno y externo.
La ley 30125, aun disminuyendo los porcentajes
establecidos originalmente en la Ley Orgánica del Poder Judicial, fijó nuevas
retribuciones para jueces. ¿Se cumple? No. Hay que cumplir, ni más ni menos se exige.
La calle critica la capacidad y honestidad de algunos
jueces como razón para incumplir la ley, pero los puntos van sobre las íes. La
capacidad y honestidad de jueces tiene su correlato en términos generales en
los abogados; no es que haya jueces legos y abogados doctos o que cuando uno
nació para honesto trabaja en lo privado y si es torcido sólo busca empleo
público. Hay excepciones, pero el nivel de la judicatura revela en gran medida
la calidad de abogados en un determinado lugar: mejores abogados, mejores
jueces. Si hay pillos que logran ser jueces o fiscales, justamente Jueces y
Fiscales los están mandando adentro; no es que se volvieron malandros con el
trabajo, sino que se conoce a una persona como es, cuando le das un cargo.
Un mal abogado, será mal juez, que primero se es
abogado y luego magistrado. En defensa de los colegas abogados diré que en su
mayoría reflejan el nivel moral de sus clientes y éstos el de la sociedad. El
mérito de la justicia actual, es enviar a chirona a intocables empresarios,
políticos, cuellos blancos y más, como nunca antes. Mírese por el retrovisor de
su carro cuando bota impunemente basura por la ventana del auto o estaciona según
el antojo y si un policía se le acerca por alguna infracción suya, lo primero
que piensa es cuánto querrá el coimero, sin inmutarse de su inclinación para
corromper por un beneficio ilegal. Sor Juana Inés de la Cruz dijo, en un
contexto en que malos quieren pasar por buenos “¿O cual es de más culpar,
aunque cualquier mal haga: la que peca por la paga o el que paga por pecar?”. Nada
justifica la corrupción, pero nos dividimos entre quienes la combatimos y
quienes viven de ella gritando “al ladrón”. Los espejos no sólo son para
arreglar apariencias, sino para ver el interior propio.
¿Sabe que un juez de paz letrado en 15 años de
trabajo, tiene una CTS similar al congresista que elegirá en enero por año y
medio de trabajo? Un ministro tiene la gratificación de 15 jueces
especializados. La verticalidad de la organización judicial afecta más a los de
abajo.
Entonces amigo lector, problema es tener leyes incumplidas
y una población que busca la paja y se le pasa el trigo. Solo se demanda se
cumpla la ley. Tal vez no le importe, pero si mañana afectan sus derechos, tendrá
a jueces y fiscales que buscarán hacerlos vigentes, siempre que no pretenda
peras del olmo.
(*) Publicado el diario La República, en la fecha